Lamentando la situación que ha generado el coronavirus a nivel mundial, una pandemia para la cual no estábamos preparados ni la población ni los médicos ni siquiera el estado, ha traído como consecuencia que haya que tomar medidas e irlas ajustando en el camino para poder mitigar o reducir los daños que nos va a generar la pandemia, tanto a nivel económicos, social y sobretodo en la salud de los ciudadanos.
Una pandemia que entendemos empezó a propagarse por la clase alta y media alta de la sociedad dominicana, permitiendo así que su propagación sea un poco más controlada, debido a que la clase alta y media alta de la sociedad puede con mayor tranquilidad cumplir las reglas de aislamiento debido a que cuentan con un colcho financiero que respalda el no laborar por 15-30 días sin que esto afecte su calidad de vida.
Pero para los trabajadores informales, chiriperos y dueños de negocios que viven el día a día esa no es su realidad, los mismos deben buscar alternativas que no están a su alcance siendo estos los más vulnerables y los que pareciera que fuera por desobediencia, ignorancia o falta de educación, cuando la realidad es que no tienen otra manera de buscar su sustento, esto no justifica que deban de incumplir las normas impuestas por la sociedad para un bienestar común.
Mientras tanto algunas empresas han buscado la manera de que algunos de sus empleados puedan ofrecer servicios desde su casa empleado el teletrabajo y manejando a distancia operaciones que puedan ser de rutina y realizada utilizando el internet.